Estados Unidos empezó a restringir el acceso al voto en función de la situación económica, el sexo, la raza y la edad desde sus inicios. He aquí algunos ejemplos de cómo las leyes electorales mantienen el racismo y la discriminación en la actualidad:
Las leyes de identificación de votantes discriminan:
El acceso al voto no es igual para todos:
Una persona, un voto... bueno, eso depende de dónde vivas:
En 2013, el Tribunal Supremo destripó la Ley del Derecho al Voto de 1965 (VRA). Esto abrió la puerta a que los estados aprobaran leyes que, directa o indirectamente, dificultan el voto de las personas en función de su raza. La supresión del voto anticipado y por correo, el cierre de colegios electorales comunitarios y las purgas a gran escala de censos electorales se convirtieron en algo habitual en muchas comunidades de Estados Unidos. Los datos demuestran (y múltiples sentencias judiciales coinciden) que todas estas medidas han afectado de forma desproporcionada a los votantes de color.
Cuando hay un sesgo en la ley electoral que crea un acceso desigual a la boleta, vemos el impacto a través del racismo sistémico y la discriminación en todo el país. En nuestras páginas sobre justicia penal, empleo y economía y derechos LGBTQ+ encontrarás ejemplos.
Para saber más, consulta algunos recursos estupendos para aprender más sobre racismo, discriminación y derecho de voto: